domingo, 29 de noviembre de 2009

Cincuenta.


Cincuenta dias, cincuenta textos.

Le dije al iniciar el ejercicio que serian cincuenta oportunidades de contarle algo de mi o de no contarle. Hoy mientras hago la revisión de los textos me doy cuenta de que en realidad lo que envie en letras fueron cincuenta Justines en forma de palabras.
Día a día me fui descubriendo un velo, quitandome una escama, sumándome una pluma.
"Escribir es un oficio", asi que ESCRIBE -me dijo muy serio- y yo obededí (si como inmaculada).
Escribí tranquila, cansada, eufórica, desvelada, enamorada, enojada, abandonada, amada, sola y acompañada, escribí, escribí, escribí.
No sé aún si logré cubrir las expectativas, pero descubrí que escribo por una imperante necesidad de decirme cosas, ya no me interesa ser leida, no escribo para ello, escribo para entenderme, para encontrarme y para seguirte buscando.

JD

4 comentarios:

ERA dijo...

cada palabra tiene tintes llenos de justine.

aún cuando no quieras, sigues transportando al más incrédulo en letras, a la atmosfera sublime del mundo "justine".

afortunada soy de conocerte, leerte, y sentirte en cada coma, cada punto, cada letra, simplemente ESCRIBE, y transforma la historia a un mundo de justine.

tqm

JD dijo...

¿que se responde a algo tan lindo? Gracias salmón, por seguir contracorriente.

José Luís Ramiréz dijo...

Si algo es nuestro, muy nuestro son las palabras. Nada seriamos sin ellas, por ello, son el unico lugar seguro en donde somos autenticos, el unico lugar en donde podemos encontrarnos, o bien perdernos.

jlrs.

JD dijo...

Y también donde somos encontrados...