lunes, 24 de enero de 2011

Al Sabit

Finalmente llegó el día o cayó la noche.
Después de horas de trabajo, de reunirme con la tribu a bordar sueños y coser corazones rotos (aún me falla esta puntada pero ya casi), de repetir y repetir los movimientos, llegó la hora de usar el vestuario que me permite ser yo misma, tun tun, tan tan, la música suena, se apaga la luz, mi cuerpo baila. Siento la mirada que se desplaza por mi espalda, el fuego entre mis manos me enciende por dentro, el olor del incienso me lleva lejos. No sé donde estoy, no existo mas allá de esta duela, (del duelo de saberte ausente), no soy nada más que este cuerpo que vibra (bajo sus ojos, que son como dos manos que me alcanzan), no pienso; siento y me deslizo entre siete notas.
JD

jueves, 6 de enero de 2011

2011

Así que de un momento a otro, en lo que uno tarda en tragarse doce uvas, se nos acabó el 2010 y nos llegó un año nuevecito…. Así… sin darnos tiempo de decir adiós, los doce nuevos meses se nos instalaron de frente en un segundo.
Ahora hay que comprarse una agenda nueva (dejar de pensarte), hacer nuevos propósitos, (no nombrarte), planear los periodos vacacionales (re-conocerme), organizar un presupuesto (llenar las gavetas vacías), es decir comenzar otra vez: día uno, día dos, día domingo…
¿Cómo se prepara uno para recibir un año? ¿Cómo me prepara cada noche para un nuevo día?
Todo es circular, llegaremos al final de este 2011, con 365 días más de vida, de experiencia, de sueños perdidos en la almohada, de besos no dados, de abrazos y brazos, de pasos temblorosos, de rondar las horas cada día… (de soñarte alguna noche).
Mi saldo es: cinco despedidas, tres silencios, cuatro encuentros inesperados, el renacimiento de una fuerza que sentía perdida, dos ciudades, una tribu nueva, así que…. venga 2011…. aviéntame todos los días de frente, que estoy dispuesta, estoy lista, estoy… o algo muy parecido…
JD