lunes, 30 de enero de 2012

TICUS



Ahoy mismo voy a contarles como es que me encuentro sentada en esta silla, creo que Juan Carlos Reyes me invitó porque me vio muy aguililla y es que una en estos tiempos no puede quedarse asi amonada viendo la vida pasar porque se corre el riesgo de quedarse arrejolada como trasto viejo y como tampoco va a andar una de cólera, y es que aunque no lo crean hay cada cacaseca que ni un vasito de tuba le brindan a una.
En fin, la cosa es que por lo menos hay que conseguirse una coyota para mantenerse, pero cambiemos de tema, no quisiera que pensaran que ando yo de pachita o que los quiero embelecar con esta historia y no es que sea perrucha ni mucho menos, pero entimadamente el me invito y punto.
Llegué a Colima una hermosa madrugada del mes de julio, por amor claro, uno definitivamente llega a Colima siempre por amor, ¿hay algotracosa por la que uno llegue aquí? Definitivamente no. Gané para Colima nomas porque me enchicuilé, cargué mi petaquita con mis tatachis y sin que me importara la relajada que me puso mi madre, llegué arrastrada de ilusiones y me quedé en esta tierra fértil en donde las ramas de los árboles se convierten en raíces. A mi ya me han crecido raíces de los brazos. Dice Chavela Vargas que “uno vuelve siempre a los mismos sitios donde amó la vida”. Yo lo creo, a ella le creo casi todo, incluso cuando dijo que “Colima es el mejor estado” seguramente ella amó aquí la vida, tanto como yo lo hago. Pero además de eso me gustan sus calles, sus días lluviosos, sus parotas y sus camellones llenos de mangos, limones, guayabas y otras frutas que realmente se caen de los árboles regalándose a la gente. Aprendí a conocer Colima subiendo y bajando calles, echándome un almuerzo de arriero mientras corría de un lado a otro por sus calles empedradas, calmándome la sed con tejuino y agua de coco y conviviendo con las besuconas, las iguanas y los esquilines y aunque todavía no tengo saca en las tiendas importantes, mas o menos ya me siento parte de la ciudadanía.

Al principio no fue todo tan fácil, hay que ser cuidadosa aquí, con lo que se dice y se hace, dicen que “si no quieres que se sepa, ni lo pienses” y no es que yo este tumbada del burro, pero hay ca gente dañera ….que anda nomas pachiteando, que si pura zanduga, que si anda rabuleca, que nomas anda chingaleando, pero no hay que juzgar así a la ligera, ni que una viniera a ruñir, para que armar tanta borunda….. En realidad de lo único que se tiene que cuidar uno aquí es de la guzguera, ¿pero es que quien se resiste a las bolitas de color, los besos, el alfajor, la fruta enmielada, la cuala, los colados, o los espejos acompañados de un aromático café de Comala con su chínguere de ponche, tan rico tan rico que hasta las papayitas se come uno. Y ya ni hablemos de chilayo, las pacholas, el pico de gallo, los tamales de ceniza y el tatemado. CHINTOLO….
Ahorita ando muy enguasada, pero claro que ando pensado en buscarme un buen amor colimense, quedarme para siempre y ver a mis hijos jugando changay y bebeleche, peleando sus caicos y canicas, y haciendo las dagas que hacen los niños, busco sin mucha jupia claro, no vaya a ser que me enamore del primer garrolero guandajon que me regale unas dormilonas, nada mas de pensarlo me da armonía. Quiero convertirme en una viejana bonita, de esas que van a ver a la virgen cada 12 de diciembre a catedral, que cuidan sus matas con cariño, que curan con jumentos milagrosos y espantan a los niños con el ticuruz o el petaquero, dominando la vida desde el pretil de la cocina.
Por lo pronto ya se, que me amarro los cabetes, no las agujetas, escribo con una lapicera, no con un bolígrafo, uso ponchos, no cobijas, cuando duermo a media tarde me echo la jesta, si se derrama un líquido se charpea el piso y ya puedo pedir con facilidad pozole seco, sopes gordos y sopitos con mucho jugo.
Cuando comencé a leer TICUS descubrí gratamente no solo muchas palabras sino también me ayudo a conocer y reconocer los usos y costumbres de este estado, y en definitiva considero que sería bueno que al cruzar el limite estatal se nos hiciera llegar un ejemplar a todos los fuereños, asi no cometeríamos tantas nangueras mientras descubrimos esta tierra.. Ticus es un libro que hay que leer y releer, hay que descubrirlo y descubrirse en el, considero que es el resultado no solo de una profunda investigación sino también del profundo cariño y respeto por estos 5 627 km cuadrados que llamamos Colima.




JD

lunes, 23 de enero de 2012

Y cuando desperté Horacio estaba ahí




Horacio es mi automóvil, le puse así en honor a Rayuela, un poco porque el nombre me gustaba y un poco mas porque quise sentirme “La maga”, aunque Horacio no habla, ni escribe poesía, ni conoce Buenos Aires. Horacio me ha acompañado a muchos lados, ha sido el testigo, a veces no tan grato, de muchas de mis aventuras. Vino conmigo a Colima y me acompañó cargado de libros, dos o tres pares de zapatos y muchas esperanzas a esta ciudad verde y llena de parotas; cuando a mí se me rompió el corazón, a él se le descompuso el motor y entonces tuvimos que separarnos, yo fui al terapeuta y el al mecánico, después de un lapso apropiado nos reencontramos y seguimos el camino como si nada hubiera pasado, aunque yo tenía dos o tres heridas y el dos o tres remiendos con silicón que le han servido un poco o un mucho para seguir rodando.

En diciembre pasado Horacio volvió a enfermar, yo también volví a enfermar, a veces creo que los objetos y yo tenemos alguna conexión porque nos sucede casi lo mismo. Lo mío fue un lunes, lo recuerdo muy bien, después de llorar toda la noche y pretender subirme a la vida como todos los días, la tarde del lunes de desplomé sobre el asfalto sin fuerzas de nada: tuvieron que levantarme del piso. A Horacio le sucedió al día siguiente, quise que caminara hacia atrás y el no lo permitió, solamente quería ir hacia adelante, cuando insistí, patinó sus llantas y no quiso moverse más, creo que fue una forma de decirme: “No vamos a regresar al pasado, al menos yo no, si tu quieres allá tu”. Fue tanta mi insistencia que Horacio tuvo que regresar al mecánico y yo sigo haciendo equilibrio para no caerme. El mecánico dice que lo mejor sería deshacerme de Horacio, que busque otro carro, algo más pequeño y algo menos complicado, sin embargo yo tengo cierto apego con el y me parece difícil decirle así, de un día para otro, que saldrá de mi vida. Quizá como dice el terapeuta, el verdadero problema es otro.

Supongo que ahora que regresó Horacio seguiremos el camino hasta el próximo bache, como lo hicimos en diciembre pasado, como lo hicimos cuando llegamos a la ciudad de las parotas, incluso cuando un viernes santo saliendo de misa Horacio había sido agredido y perdió uno de sus cristales.

JD

domingo, 8 de enero de 2012

2012



2012
Como dice la canción: “ y vamos abriendo puertas y vamos cerrando heridas”, ya nos llegó el 2012... Esta vez yo me senté frente al mar preparándome para su llegada... pero también me di la oportunidad de despedirme del 2011 con todo el respeto que se merecía, porque al final de todo, solo podía decirle gracias por darme cada día de los doce meses, por enseñarme tanto, por hacerme feliz, por darme en la madre, por venir, quedarse e irse como los buenos amores, así, sin prisas ni aspavientos.... Adiós 2011....
Hoy ya estamos en enero y hay que subirse al 12 con muchas fuerzas y energías, porque parece que estos primeros días no han sido caminados, sino volados.... yo, entre deshacer maletas, avisarle a Samir que ya llegué tratar de que Horacio entienda que lo mas importante en la vida no son sus balatas, buscar una agenda que me guste, ordenar mi casa, dejar un trabajo y empezar con otro, acordarme de los pendientes de los pendientes, preocuparme por la dieta, tratar de entender mi nuevo corte de cabello, seguir estudiando deontología y preparar el cambio de tesis, no me ha sido posible dormir una noche completa en la tranquilidad de mi hogar, porque claro, también esta esa otra parte que no se cuenta, la interna, la intensa, la real...
Dicen que uno termina el año como lo empieza.... yo me despedí del 2011 en la carretera y le di la bienvenida al 2012 en el mismo lugar ¿que significará eso? No sé, lo que si se es que este año será muy bueno.... En realidad, cualquier día, cualquier instante (cualquier suspiro, dice ella) es un inicio, una nueva oportunidad, pero el 1 de enero lo usamos tradicionalmente como punto de partida ....
Este año yo no comí uvas, ni corrí con las maletas, ni use ropa interior roja... este fin de año me senté frente al mar el tiempo que me fue necesario para escribir, para leer, para tomar café, para soltar la cuerda que seguía manteniendo dos o tres de mis veleros, para abrir los brazos y recibir la brisa de la vida y la energía del sol, para recoger caracoles y conchitas, para soltarte al mar con la seguridad de que si regresas vendrás desde otro océano y si no lo haces será porque encontraste un muelle... Tuve también que ir al campo, para acordarme de que la vida es fértil, que cambia, que es estacional, que pajaritos y flores no siempre adornan los paisajes y no por eso se está muerto, que hay algo adentro de la corteza de los árboles más fuerte que sus ramas, que se germina vida siempre, que siempre se late desde las entrañas...

Bienvenido seas 2012… a ver cómo nos va…. aviéntame los días… que tengo ganas de vivir!


JD