miércoles, 29 de junio de 2011

Travesia



Tuve que cruzar ese puente llena de miedo, ponerme el uniforme, escaparme al mar, lejos, ahí no podía encontrarte, anclarme en un puerto, besar dos o tres espaldas, buscarte sin saberlo, enamorarme y romperme el corazón, juntar los pedacitos, usar resistol para unirlo, echarle dos o tres puntadas a las orillas para que lo encontraras mas o menos en forma y no te espantaras tanto.
Tuve que aprender a ser paciente, a cocinar al menos un platillo con el cual sorprenderte, dos canciones cursis para cuando fuese necesario y algunas otras mañas de supervivencia. Anduve sobre la tierra, sobre el asfalto y también sobre las nubes. Vencí mi miedo a la oscuridad y a las arañas, a perderme en la bruma de mis pensamientos, a olvidarte. Leí algunos libros para serte interesante, vi algunas películas, algunas obras de teatro, fui a tres conciertos. Domé a varios de mis demonios, cambié mis malos hábitos, aprendí a peinarme.
En pocas palabras trabajé como una loca para ser lo suficiente para ti. Pero un día mientras te esperaba, alguien me sonrió y me dijo que era linda, así como soy y todo fue distinto.
JD

jueves, 2 de junio de 2011

Mordaz

Es agravio tocar a Violeta.
Tender un puente. Comunicarse.
Valdria más cerrar los ojos, quedarse con las ganas.
No construir un camino de ida y vuelta, de una a otra orilla, de su piel a la mia, de sus ojos a mis ganas.
Tender un puente es saberse el camino de regreso.
Y al amor... debe caminarse como ciego: sin salvedades.
Irse agarrando temeroso es un acto de corbardes.
Por eso tocar a Violeta es un acto mordaz, un acto suicida, pero es esa, la única manera de amarla, de amarse.
Sólo asi es posible tocar en realidad sus ganas, es decir, la otra orilla.
JD