lunes, 26 de abril de 2010

Cuenta conmigo


Yo sabía que estaba aventándose al vacio sin embargo le dije: ¡Cuenta conmigo! Apoyar a alguien, estar con alguien, no es sólo poner las manos al fuego cuando se está de acuerdo, es poner la carne al fuego, cuando estás en desacuerdo, en contra, aún a pesar de uno mismo.
Todos somos responsables de nosotros mismos, cada decisión tomada, cada paso dado, es el resultado de nuestra propia experiencia o inexperiencia, sólo nosotros tendremos los frutos buenos o malos de nuestros pasos. Al final sólo cada uno de nosotros tenemos la información que nos lleva a cometer tal o cual locura. Por ello, cuando alguien dice “Yo sé lo que hago”, es cierto, esa persona sabe lo que hace y si no lo sabe lo descubrirá en el camino, pero no podemos limitar, prohibir, coaccionar. Creo que cuando alguien te cuenta en sus haberes personales, no quiere que le salves la vida, ni que siempre estés de acuerdo o de “su lado”, creo que simplemente quiere que estés ahí. Para cuando sea necesario.
Por eso yo le dije: “cuenta conmigo”, porque confiaba en ella, porque respeto su capacidad de decisión, porque yo no estoy en sus zapatos ni he cargado sus maletas, porque es su vida y puede hacer lo que quiera con ella. Porque le dije: ”no creo que sea lo mejor, pero si tú lo quieres cuenta conmigo” y fui capaz de apoyarla, animarla, acompañarla en su lucha, en esa guerra que yo pensaba que no tenía sentido y que ya estaba de antemano perdida, pero era su cruzada, no la mía , porque es un adulto y lo más importante porque ella cuenta conmigo.
Quizá mañana venga con el alma en mil pedazos, con los ojos llenos de lágrimas, con las manos vacías, quizá venga a contarme que todo va viento en popa, que es feliz y que valió la pena tomar el riesgo. No lo sé. Pero si sé que cuando venga lo hará porque sabe que cuenta conmigo, para lo que sea.
¡Cuenta conmigo!


JD

martes, 13 de abril de 2010

Café Planet


Son las siete de la tarde de una extraña tarde de abril lluviosa y nublada. La nostalgia me ha llevado por las calles hasta toparme con el CAFÉ PLANET, siento que el tiempo se ha regresado. La ciudad llueve, tomo café en una de estas mesas, tengo Arjona como música de fondo y de repente tengo dieciséis años. ¿Cuántas veces no estuve aquí filosofando, leyendo, componiendo y descomponiendo la vida con una amiga, tratando de encontrarme o al menos de no perderme? Carlos Fuentes de la mano de Laura Díaz me regresa al 2010, a este Abril al que se le ha ocurrido llover, llenarse de nubes y llenarme de recuerdos. ¿Pero a qué regreso? ¿No es este estado volátil en el que me encuentro también una nube de nostalgias? Por lo pronto sólo regreso a mi silencio, a mis preguntas, a la añoranza de un futuro que me mantiene latiendo, a esta soledad crónica que he aprendido a amordazar, al tiempo sin horas. Laura le dice a Harry que lo ama “como perra” mientras se hace preguntas que antes no se hizo y se descubre sangrante y moribunda. Yo no sé lo que es amar así, pero supongo que es lo que poéticamente define Aute como “el mal de animal”. Como llueve, como llueves. Sigo pensando en el pasado, que no es el presente de ayer, sino el futuro que hemos enterrado. Sigo esperando, como siempre…
JD

lunes, 12 de abril de 2010

Todos los caminos conducen a tu boca


Todos los caminos conducen a tu boca
como si te hubieses convertido en Roma
y tus brazos son columnas
y mis pies rocas.

Todas mis preguntas te evocan
esconden sus respuestas
entre tus piernas
en esa voz que no me nombra.

Todas mis miradas, todos mis dedos
mis caricias tristes, mis futuros simples
todo lo mío te busca, te espera
indago para seguir caminando:
pero todos los caminos conducen a tu boca.
JD

lunes, 5 de abril de 2010

Invitación


Distinguido visitante:
Me es grato dirigirme a usted en esta ocasión para informarle que ha sido usted invitado a mi vida. Quizá no sea la mejor, ni tampoco una muy importante, pero lo que si le aseguro es que es una vida auténtica y que será (si usted acepta la invitación) una experiencia gratificante. Es probable que haya tormentas, así que le sugiero venga usted con las provisiones pertinentes: impermeable a las inseguridades, sombrilla para cubrirse de los temores y unos guantes blancos son ampliamente recomendados. Una vez pasadas las tormentas suelo disfrutar el sol, así que también incluya en su maleta unas gafas para evadir los complejos, ropa y zapatos cómodos para andar la misma ruta, tres frascos de protector de tedio y muchas ganas de nadar en el rio de la pasión. Es importante que contemple usted que esta celebración a la que ha sido invitado será prolongada (no pienso morirme en algunos años) así que reúna usted sus valores más preciados y venga con ellos, debido a que el camino es a veces pedregoso le recomiendo botar a la basura: traumas pasados, culpas, rencores, desesperanzas y miedos, ya que pesan demasiado y no nos servirán durante el viaje. En cuanto usted se integre a mi vida se le entregan un par de alas, ya que muchas veces me gusta despegar los pies del suelo, el curso para aprender a usarlas es fácil una vez que se le ha perdido el miedo a las alturas, pero de eso no se preocupe ya que confío en que aprenderá bastante rápido. El trayecto será en algunos momentos vertiginoso y en otros bastante tranquilo, pero le será suministrado diariamente tiempo para reflexionar, agua de locura (la tenemos en tres sabores: uva, limón y sandia, favor de indicar el de su preferencia), la dosis diaria de besos y caricias y al menos una hora para hacer el amor.
Sin más por el momento me despido de usted, no sin antes el agradecerle el interés de participar y recordarle que es necesario que confirme su asistencia a mi vida una vez que haya decidido acompañarme.
Sinceramente suya
Justine Hernández.