lunes, 5 de marzo de 2012

Tiempo de elecciones



“Eres libre para elegirme, eso no te hace la mejor persona y no elegirme tampoco te condena, ni hace que yo deje de quererte, pero tampoco el hecho de que tu me elijas me obliga a mi a hacer lo mismo. Es decir, somos libres”


Uno decide siempre, elige cosas, ropa que ponerse, la cantidad de salsa en los tacos, el nombre de los hijos y las cervezas que se toma. Uno siempre decide, aunque no lo haga con la boca, cruzamos los brazos, besamos con la boca abierta o cerrada, abrazamos con fuerza, caminamos al ritmo del otro y nos alejamos corporalmente de alguien que nos incomoda. Decides si aparecer de malas en una fiesta, decides si mandarle información útil a tu cerebro con una buena lectura o embrutecerte con las telenovelas y programas de fantasmas y concursos de cantantes.



Elecciones.
Siempre.


También decidimos como ser, como aparecer ante los demás, como revelarnos y como escondernos. Incluso elegimos las mascaras que nos ponemos cuando nos sentimos asustados y vulnerables. Siempre elegimos. Elegimos también a las personas que nos rodean, a quienes queremos tener cerca, a quienes queremos querer, a quienes les vamos a dar el poder de arruinar nuestro día o de hacerlo mejor. Yo decido quien forma parte de mi vida, es decir, no tengo que tener cerca a mi prima chismosa que me ofende, solo porque “es de mi familia”, no tengo porque soportar ataques o críticas de tíos, amigos, compañeros de trabajo, solo “por compromiso”. Yo decido quienes son mis maestros de vida, quienes me ayudaran a crecer y ser mejor.
Elegir también, es dejar fuera las demás opciones, eso es lógico, dirían en mi pueblo “no se puede chiflar y comer pinole” y también es cierto que cuando se elige algo, hay que agarrarlo con las dos manos, con los dos ojos e incluso si es posible con la boca, asumir la elección es parte clave de que valga la pena descartar las otras. Yo opino que “el amor es una decisión” Si si, la cosa química y las mariposas en la panza y el caminar sobre las nubes, es delicioso, pero elegir con quien compartirte debe ser una decisión pensada. ¿A quién quiero darle la oportunidad de caminar conmigo? ¿Qué cosas estoy dispuesta a dar y recibir en este caminar con alguien de mi mano? Amar es elegir, decidir, decidirse, a entregar, dar, aprender, vivir, acompañar, continuar. Se dice que “es de sabios cambiar de opinión” también es cierto, nada es eterno, todo cambia y las personas lo hacemos mas seguido que nada. La cosa es entender los cambios propios y ajenos y continuar caminando, cuando amamos elegimos también ser testigos de la evolución y transformación del otro. Formar parte.

Decidir es la libertad máxima, por lo tanto responsabilidad máxima.
JD

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