miércoles, 7 de enero de 2015

Amora




Sé muy bien que ya era tarde, que ya habíamos agotado al menos una botella de vino y  que el cenicero estaba a punto de reventar.
Lo sé, no lo recuerdo.
Pero lo sé por la simple razón de que ya habíamos llegado al punto de la conversación en la que se hablaba del amor, sus mutaciones y sus grandes preguntas. No buscábamos respuestas, sabíamos que no estaríamos nunca de acuerdo, que cada una estaba en un escalón diferente y que ningún amor era tan bueno, tan malo, tan divertido, tan doloso, tan equivocado, tan mágico, tan algo mas … que el de la otra… al final, el amor no se habla, se hace, se vive, se actúa, se siente, se llora, se tiene… Hablar de él, era solamente un ejercicio antes de regresar a casa y enfrentarlo…
Como en muchas otras ocasiones, hablamos de películas, canciones, libros que hablan del amor. Alguien desde alguna silla, recordó un título: “Amora”, diciendo “este es un libro casi obligado para aquellas que no tienen miedo a meterse en el meollo del asunto” la reseña de su lectora y esa palabra me retumbó en la cabeza mucho tiempo.
Hace unos meses, el libro, me llegó en forma de regalo (gracias), claro justo cuando dejé de buscarlo. No pude sino preguntarme si de verdad quería entender el “meollo del asunto”, pero dicen (y dicen bien ) que “una vez encaminados”…. 
Sobra decir que disfruté mucho la lectura, sobra decir que es uno de esos libros que se paladea palabra a palabra y sobra decir que no entendí el meollo del asunto, pero tampoco creo querer hacerlo…

Les dejo algunos fragmentos, JD

 ·         Pagué el precio fascinada de la vida

·         Que importante aprender a valerte por ti misma. Que rico aprendizaje el de la libertad. Costoso, si, es cierto, pero tan gratificante. Aunque hay que admitirlo, la libertad no fue hecha para todos. Que pesar. Conozco montones de seres que no sabrían que hacer con su vida si fueran dueños de ella. ¿ Sera cuestión de… de qué?

·         Esto es un alto en mi día. Un regalo del tiempo. Para mi sola. Para recordar la vida. Señalar mis ciclos

·         Pues no, afortunadamente, la vida vale muchísimo y no todas somos iguales. Existimos unas que todavía pensamos que el amor puede ser distinto, que no es necesario enamorarse apasionadamente para construir una relación de pareja, que hay otras formas además de la convivencia y la posesividad, que luchamos cotidianamente contra los celos, que damos una importancia tremenda a la libertar de nuestra novia, que tratamos de hablar con honestidad para no dar cabida al resentimiento, en fin, que nos esforzamos para que nuestro amorcito sea un oasis adonde corres después de un día de trabajar.

·         Y a todas aquellas mujeres a quienes he amado, aquellas a quienes me inventé que amaba, aquellas que no pudieron amarme. A ellas debo mi fuerza. Por ellas conocí mi capacidad de amar y de llorar. Aprendí la delicadeza de la pasión. Su presencia me acompaña siempre, porque son ya, parte de mi historia.

·         Esa maravillosa parte mía que se inclina hacia una salud mental a prueba de todo.

·         Ser coherente es vivir de acuerdo a lo que piensas, no permitir que alguna parte de tu yo esté negada, darle a todo tu sr la posibilidad de desarrollarse.

·         Dicen que sentir es distraerse. Y la verdad es que hay algo de cierto en ello.

·         Nos engañamos tanto que generalmente creemos lo que queremos creer o más bien lo que necesitamos creer.

·         Sigo siendo valiosa, aunque eso no quiere decir que toda la gente este obligada a quererme.

·         A veces la honestidad es también comodidad.

·         ¿Qué tanto te quieres? ¿lo suficiente como para manejar tus emociones o todavía no tanto y dejar que tus emociones te manejen a ti?

·         Amora ¡!! el amor es una cosa esplendorosa. Pero ello no quiere decir que tengas que depositar en el todo tu resto. Afortunadamente hay tantas cosas mas…
Amora. Rosamaría Roffiel.

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