miércoles, 14 de diciembre de 2011
Llorarte es bueno
Ya he llorado
hasta sentirme viva
Me he comido de dolor
hasta los dientes
Llorarte, sí
pero lamiendo el mundo
Amarte, sí
y llorar de amor por eso
Llorar sin religión
sobre una biblia de lágrimas
He pensado demasiado
en lo que te falta
y me sobra
Lloro sin querer,
como si hubiesen motivos
De cabeza,
tengo perlas en la frente
Llorarte entre la gente,
hacerlo a solas
como un cuervo viudo
disecado
Hacer el Kamasutra
de los llantos
sobre una balsa de sollozos
encallados
Llorarte en rebelión,
en sumisión,
en bolas,
como en la maratón
del desamparo
Me río
y llueven recuerdos
de mis ojos
Tú lloras
como un porrito abandonado
Me hace llorar el humo
pero prefiero fumarte
Fumarte
mientras lloro un cigarrillo
Reír es mejor
reír contigo
pero si no hay remedio
lloremos juntos.
Sabeli Ceballos Franco
domingo, 27 de noviembre de 2011
Tengo miedo
Volver la mirada, no encontrar tus ojos.
Correr sin rumbo hasta cansarme.
Tener ganas de beber agua.
Sentir una boca.
Perderme, para ver si me encuentras y me detienes y me das agua de tus labios.
Llorar. Dar brincos.
Subirse a la escalera, bajarse de las nubes. De golpe. Sin miedo.
A brazos abiertos, que no necesitas.
Dar pequeños saltos, para elevarme un segundo y ser etérea.
Como bajo tus manos. Y no extrañarte.
JD
miércoles, 26 de octubre de 2011
ROMANZA DEL AMOR RARO
Ella huye de mis manos mariposa nocturna
aletea desnuda al borde del sillón.
Ella nunca fue mía
antes fue de su madre y sus amigas
antes fue de la patria y esas lejanas tierras exquisitas.
Inventó otros amores fue feliz
compartiendo el rumor pausado de otras lenguas
y ciertas explosiones en la mañana bélica.
Entonces tampoco ella era mía
era de la aventura cercana de la muerte
y de otras aventuras más cercanas.
Ella nunca fue mía y sin embargo
quizás nadie fue mía como ella
ni yo tuve insistencia más rara que su amor.
Porque arqueaba su espalda y yo resplandecía
me tragaba su lengua dentelleaba.
En las tardes ardientes aún sueño nuestros cuerpos
el humo del cigarro
el rocío final
y entonces sé que ella fue mía a su manera
y eso basta.
ODETTE ALONSO YODÚ
(Santiago de Cuba, 1964)
jueves, 6 de octubre de 2011
El amor no existe...tu si
Entre un centenar de personas unos ojos buscan otros ojos y cuando hacen contacto, las otras noventa y nueve personas desaparecen.
En el cine una cabeza busca un hombro y durante ese segundo tiene la certeza de que no hay mejor lugar en el mundo.
Una mano dormida, busca a otra mano dormida aunque las dos duerman su propio sueño.
Un gesto, una mueca, un ademán, característico y único en el otro, se convierten en el detonante automático de una sonrisa propia.
El mejor tratamiento y la mejor medicina, es saber que su mano, sus ojos y su silencio te acompañan mientras tu dormitas.
Una noche de navidad o un cumpleaños no existen sin un abrazo y una voz en específico.
Unos dedos que se enredan en el cabello, son el mejor somnifero para la noche de los miedos.
...si el amor se acaba, o cambia, o se cansa, no importa, porque existes en el instante en el que tu orgasmo se derrama sobre mi vientre y son mis brazos los que te regresan a la superficie de la vida...
JD
lunes, 5 de septiembre de 2011
Tomo café...
sábado, 9 de julio de 2011
Regreso
Yo por eso amo la vida siempre, incluso los lunes…
sábado, 2 de julio de 2011
AMIGAS
Tenia quince años y tenia una amiga. Fue la persona mas constante en mi vida. Fuimos amigas. Nos queríamos por la simple razón de existir y porque ambas éramos extrañas y nadie más nos aguantaba. Hacíamos cosas simples y como todas las quinceañeras pensábamos que eran importantes. Leíamos poesía y escuchábamos música, íbamos a bailar y veíamos películas. Nos contábamos los planes y las dudas. Resolvíamos problemas de matemáticas y problemas de amor, nos acompañamos un tramo en el camino de la vida. Después crecimos y cada quien tomó su rumbo, sin embargo aun recuerdo aquellos días con un buen sabor de boca. Hoy, que ya no tengo quince años y que mis problemas a resolver van más allá de una ecuación matemática, se que las amigas son imprescindibles. Yo no tengo muchas, pero las que tengo valen por mil, son mis compañeras de lucha, mi apoyo constante, los referentes femeninos que me impulsan a seguir. Mis amigas son simples, no han ganado premios internacionales, ni son famosas, ni millonarias, pero son únicas, son fuertes, son inteligentes y bellas en mas de algún sentido, pero sobre todo son parte de mi tribu, comparten conmigo la marca de la hembra. Mis amigas no son buenas, ni malas, mis amigas son. Y se enfrentan con la misma fuerza a domar su cabello a las 8 de la mañana que a las pataletas de un niño de 3 años que no quiere ponerse los zapatos. Tienen la paciencia para escuchar las historias de siempre y la impaciencia de levantar el teléfono e invitar al amor a su casa. Se sienten igual de bellas en un vestido de noche que en la pijama un domingo a las 10 de la mañana y pueden hacer que una lonchera se convierta en el cofre de un pirata y que una llamada a kilómetros de distancia se convierta en el abrazo mas fuerte. Mis amigas rien, lloran, se caen y se levantan, son mujeres de carne y hueso que sienten desde y con el vientre, la cabeza y el corazón. No siempre estamos de acuerdo, pero siempre estamos, nos tendemos una mano, un par de zapatos y un consejo. Mis amigas no juzgan, no indagan, no exigen. Mis amigas se enfrentan con los dos pies a la vida y con las dos manos al amor. Hoy brindo por ellas, por las mujeres que me acompañan, por quienes me saben y me quieren, por el respeto mutuo, por la risa compartida, pero sobretodo por el privilegio que tengo de ser su amiga.
JD
miércoles, 29 de junio de 2011
Travesia
Tuve que aprender a ser paciente, a cocinar al menos un platillo con el cual sorprenderte, dos canciones cursis para cuando fuese necesario y algunas otras mañas de supervivencia. Anduve sobre la tierra, sobre el asfalto y también sobre las nubes. Vencí mi miedo a la oscuridad y a las arañas, a perderme en la bruma de mis pensamientos, a olvidarte. Leí algunos libros para serte interesante, vi algunas películas, algunas obras de teatro, fui a tres conciertos. Domé a varios de mis demonios, cambié mis malos hábitos, aprendí a peinarme.
En pocas palabras trabajé como una loca para ser lo suficiente para ti. Pero un día mientras te esperaba, alguien me sonrió y me dijo que era linda, así como soy y todo fue distinto.
JD
jueves, 2 de junio de 2011
Mordaz
Tender un puente. Comunicarse.
Valdria más cerrar los ojos, quedarse con las ganas.
No construir un camino de ida y vuelta, de una a otra orilla, de su piel a la mia, de sus ojos a mis ganas.
Tender un puente es saberse el camino de regreso.
Y al amor... debe caminarse como ciego: sin salvedades.
Irse agarrando temeroso es un acto de corbardes.
Por eso tocar a Violeta es un acto mordaz, un acto suicida, pero es esa, la única manera de amarla, de amarse.
Sólo asi es posible tocar en realidad sus ganas, es decir, la otra orilla.
JD
martes, 17 de mayo de 2011
17 de mayo
Yo soy el niño que nunca terminó la secundaria, porque me llamaban todos los días MARICA.
Yo soy la que tiene vergüenza de decirle a mis amigos que soy lesbiana, porque constantemente se burlan de ellas.
Yo soy la bisexual que tiene miedo a salir del armario por que sus padres no aceptarían a otro miembro gay de la familia.
lunes, 16 de mayo de 2011
La enrosada
A los muertos se les respeta, aun más que a los vivos, finalmente ellos ya no tienen mucho para defenderse. Los mexicanos tenemos una relación complicada con la muerte, la veneramos, la lloramos, la respetamos y le hacemos fiesta. Juventino Rosas, es uno de los cuarenta y seis municipios de Guanajuato. Santa Cruz de Juventino Rosas es la cabecera municipal de ciento cincuenta y ocho localidades, en su mayoría agrícolas y ganaderas. La gente “baja” cada domingo a misa, a comprar cosas en el mercado: frutas, verduras, macetas de cerámica, cuerdas para la charrería, fuetes y cuartas para amansar a los caballos, los hombres compran vestidos bordados para sus mujeres y ellas con un beso añadido les piden servilletas para bordar, hilos de colores y si es posible unos nuevos zapatos para ir a misa. Al pequeño pueblo lo rodean San Miguel de Allende, Villagrán, Comonfort y Celaya. Y aunque no tenga las grandes construcciones barrocas y las calles empedradas, esconde celosamente arroyos y presas que se convierten en refugio de niños en verano y amores escondidos por las noches, pero sobretodo es un pueblo orgulloso de su música, el famoso vals “Sobre las olas” fue creado por uno de los hijos pródigos del pueblo.
En Juventino Rosas el día de muertos se celebra el 2 de noviembre como en todo México, pero aquí empieza la fiesta empieza con la ceremonia de “la enrosada” una noche antes. Mi madre y yo vamos a participar de esta ceremonia, por eso me pide que me vista de negro y que no me preocupe “los muertos no van a hacernos nada- me dice- nosotras vamos a rezar por ellos”. Antes de irnos al cementerio tenemos que pasar por el mercado, compramos siete velas de cebo en el puesto de Doña Esther y un ramo de rosas con Don Tino, que vende más barato que doña Trini, dice mi madre. Llegamos a la iglesia de la Santa Cruz, una hermosa construcción de cantera rosa, que tiene una fuente y una cruz que a esta hora ya están adornadas con flores. A las siete de la noche, empieza la misa, todo el pueblo está reunido y escuchamos las palabras del sacerdote en silencio, con la cabeza agachada y los recuerdos de nuestros muertos a flor de piel. Nos habla de la resignación a la muerte, del perdón y de la prometida vida eterna.
Ahora inicia la caminata.
La noche ha caído, el ambiente se impregna de olor a incienso y flores y del aroma del dolor, la pena y el luto que nos ha caído a todos, aunque algunos como yo, no tengamos algún muerto que llorar en estas tumbas. Salimos de la iglesia guiados por el padre. Sólo nos ilumina la luna y la temblorosa flama del cirio que el padre lleva en sus manos. Los cantos son tristes, se escucha el murmullo de los rezos, de las lágrimas tragadas y los silencios forzados. Nos detenemos en medio de las tumbas, el padre inicia un salmo responsorial y todos contestamos al unísono. Encendemos nuestras velas y seguimos caminando, despacio, como si los pecados de todos nos pesaran al mismo tiempo, la noche crea un escenario lúgubre, yo tengo miedo, el olor empieza a marearme y está demasiado oscuro, pero mi madre me toma de la mano me guía por entre los pequeños pasillos, me explica que debo elegir siete tumbas, las que yo quiera, las que sienta que necesitan una luz. Levanto la vista para leer las lápidas, nombres y fechas se agolpan en mi cabeza “Luis Gómez, amado padre, Filomena Pérez, amoroso recuerdo de su sus hijos”, yo elijo tumbas lastimadas, abandonadas, aquellas a las que el tiempo les ha roto el concreto, aquellas con las cruces desvencijadas, aquellas que no tienen flores y coloco apachurrando con los dedos las base de una de las siete velas que tiemblan en mis manos. Dejo una de las flores y sigo buscando. A lo lejos sombras negras se detienen en las tumbas, pequeñas luces son depositadas. Cada una de las personas que estamos aquí debemos elegir siete tumbas distintas, dejar una flor, una vela, pedir por su alma. Damos una ofrenda, esperando que algún día algún día ponga sobre nuestra tumba una luz, una rosa.
JD
lunes, 9 de mayo de 2011
Mamá
Te amo.
Atentamente: Mafalda, arañita, bananita, Jus, osea yo….
sábado, 7 de mayo de 2011
Escribo por necesidad...
...algo tiene uno que hacer con los dedos, si no es posible que toquen tu piel...
JD
lunes, 2 de mayo de 2011
Sin brújula
martes, 26 de abril de 2011
Miau
jueves, 31 de marzo de 2011
Kadin
jueves, 17 de marzo de 2011
Amanecí triste
Pero hoy amanecí triste…
martes, 15 de marzo de 2011
Lloremos
lunes, 14 de marzo de 2011
La hora del café
¿Vamos a tomar un café? Puede ser la pregunta más esperada por un amante ansioso, el pretexto perfecto para una primera cita, el centro humeante de un negocio importante pero también puede ser el antecedente a una despedida, la solemne bebida de un velorio, el remedio mas aludido para las noches en vela o la evidencia de que me quieres. La pequeña fruta roja, esconde en su semilla el detonante de las pasiones humanas, tostada por el sol o por el fuego nos transmite ese calor interno que nos cobija en las noches de frio, su color nos recuerda la noche y su enigma.
Por eso en la mañana mientras tu lees tu periódico y yo peleo con los botones de la blusa, cuando mi amiga me cuenta del nuevo tapiz de su recámara o cuando me alejo a pensarme, no hay nada mejor para acompañarse que un café, tan amargo y dulce como la vida misma.
sábado, 5 de marzo de 2011
Gato
Antes de las cruces y los círculos lo nuestro era perfecto.
Teníamos acuerdos: fuimos justos en el uso de los columpios, compartimos las galletas y las palitas en el arenero. Pero cuatro líneas entrecruzadas nos hicieron contrincantes. Crayola en mano, frente a frente, mi cruz seguida de su círculo nos descubrió enemigos sobre el tablero de papel compartido. Han pasado treinta años, yo sigo con mi cruz, él con su círculo.
¿Quién dijo que jugar al “gato” es inofensivo?
JD
jueves, 24 de febrero de 2011
Sería bueno...
jueves, 3 de febrero de 2011
Días
Las sirenas desaparecen.
Me devuelven los jueves que olvidé el año pasado.
Se me esconden los poemas.
A la niña le gustan las estrellas.
Rezo.
He olvidado las banquetas, Horacio me lleva.
Camino y sonreímos.
Aprendo palabras nuevas, pero no escribo.
Ya no hay más alevosías, todo es claro, directo.
Los orgasmos son silenciosos.
A los domingos les caben cien horas.
Ya no hay constantes en mi vida.
Voy al teatro.
Regreso al mar, que no es el mío.
Tejo historias, remiendo heridas.
Bebo vino de tu boca.
Nadie compra carros.
Tengo fuego en las manos.
Nacen flores de las puertas.
Me asusto.
La luz me roba tus miradas.
Confieso mis secretos.
Un niño descubre la espuma del mar.
Leo bajo la luna. (sin ti)
Lila Downs dice “perhaps, perhaps, quizas”
Voy a la laguna y te amo otra vez.
Un perro muere en la avenida.
Tomo agua de coco
Sigo deseándote
Fumo con Borges en la cama
Sigo caminando…
lunes, 24 de enero de 2011
Al Sabit
Después de horas de trabajo, de reunirme con la tribu a bordar sueños y coser corazones rotos (aún me falla esta puntada pero ya casi), de repetir y repetir los movimientos, llegó la hora de usar el vestuario que me permite ser yo misma, tun tun, tan tan, la música suena, se apaga la luz, mi cuerpo baila. Siento la mirada que se desplaza por mi espalda, el fuego entre mis manos me enciende por dentro, el olor del incienso me lleva lejos. No sé donde estoy, no existo mas allá de esta duela, (del duelo de saberte ausente), no soy nada más que este cuerpo que vibra (bajo sus ojos, que son como dos manos que me alcanzan), no pienso; siento y me deslizo entre siete notas.
JD