Quizá uno no puede descubrir una medicina
milagrosa, una planta o la receta perfecta para cualquier cosa. Pero yo por ejemplo,
descubro que estoy descubriéndole, descubriéndome y que este navegar en
compañía ofrece siempre puertos nuevos.
Descubro la
maravilla que es llevarle de mi mano, abrir sus ojos y su piel a sensaciones
nuevas, mostrarle el horizonte.
Descubro el
placer de soltarme, de ser caudal otra vez entre unas manos, de sentir que soy
de alguien por un instante, por un orgasmo, descubro que no hay nada más allá fuera
de mi en esa noche sin máscaras.
Estoy descubierta (sin cáscara) expuesta, dando besos de
ahogado en la isla que hemos naufragado después de tanto navegar.
JD
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