Caminan
los días su ruta inamovible en el calendario.
Lleno las
horas de actos transaccionales:
compro comida, me pongo los zapatos, pago las
cuentas…
Y a
veces, con mucha vocación y demasiada suerte,
sumo algunos minutos de goce y encuentro,
de amanecer anaranjado,
de olor a café y abrazos en la cama.
…pero son
pocos…
…entonces,
haces falta…
porque no
hay
a quien contarle
cuentos
mandarle
poemas
de quien enamorarse
por una noche
compartirle
música…
el mundo,
está muy solo
aunque
los trenes se llenen de gente
y el
ruido invada todos los rincones
o quizá
sea yo,
la que
está en soledad.
JD
1 comentario:
Cuando otros me pidieron la verdad, yo estaba convencida de que no era la verdad lo que querían, sino una ilusión con la que podían soportar vivir. Anais Nin
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