Nos encontramos náufragos
después del maremoto
-sobreviviéndonos-
rotos los arrecifes
en la playa desierta
De frente y con las manos rasgadas
recorremos nuestras historias
con nuevos ojos, desde otras bocas
no somos aquellos, los de antes,
sino estos, los de hoy
Giramos alrededor del amor
del tuyo, del mío, del nuestro
porque atreverse
parece la única consigna
dejar
inventarse
apostar rojos y negros al número
siguiente
subirse otra vez al barco
hundirse.
Justine Hernandez
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