Los cuentos de hadas siempre han sido y serán
una forma bastante efectiva de transmitir conocimientos. Bettelheim, en su Psicoanálisis de los cuentos de
hadas, afirma que: “A través de los siglos (si no milenios), al ser repetidos
una y otra vez, los cuentos se han ido refinando y han llegado a transmitir, al
mismo tiempo, sentidos evidentes y ocultos; han llegado a dirigirse
simultáneamente a todos los niveles de la personalidad humana y a expresarse de
un modo que alcanza la mente no educada del niño, así como la del adulto
sofisticado”. De ahi que contar cuentos no sea solo inventar historias, algo detras de ellos se esconde.
Quiza por ello me parece que, el cuento “nuevo” de Maléfica, que nos presentan ahora en el
cine, debiera ir mas allá de la admiración de la carnosa boca de la Jolie y los
fabulosos vestuarios. ¿el amor verdadero existe o no? Esa es la premisa inicial
que da pie a más de dos interrogantes interesantes. ¿Quién cuida de quién? ¿Qué
tanto estamos dispuestos a dar? ¿somos una sola persona o podemos mutar
reaccionando a las otredades que nos rodean?
En resumen y como diríamos en mi pueblo, a
Maléfica le paso como a la burra “no era
arisca, la hicieron” Maléfica, era buena, con un futuro prometedor y feliz.
Conoce al plebeyo con aspiraciones a rey
quien, quien se enamora de sus bellas alas y claro, como es de
esperarse, para obtener el poder que desea….se las corta. Maléfica,
traicionada, y sin alas se hace “mala” sin embargo no puede dejar de amar, ni
encontrar otro objeto de amor. Porque pese a las grandes heridas, la vida
siempre fluye.
Al final, porque recordemos que este es un cuento
de hadas, después de luchar, gritar, pelear, llorar y todos sus incluidos
etcéteras, el amor personalizado sin pretenderlo, le regresa a Maléfica sus alas, su felicidad y
su bondad. Es decir que cuando ama y es amada, ya no puede ser mala. Porque el amor sana, porque el
amor salva.
Entonces, ¿Cuántas Maléficas hay por ahí?
JD
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