jueves, 6 de enero de 2011

2011

Así que de un momento a otro, en lo que uno tarda en tragarse doce uvas, se nos acabó el 2010 y nos llegó un año nuevecito…. Así… sin darnos tiempo de decir adiós, los doce nuevos meses se nos instalaron de frente en un segundo.
Ahora hay que comprarse una agenda nueva (dejar de pensarte), hacer nuevos propósitos, (no nombrarte), planear los periodos vacacionales (re-conocerme), organizar un presupuesto (llenar las gavetas vacías), es decir comenzar otra vez: día uno, día dos, día domingo…
¿Cómo se prepara uno para recibir un año? ¿Cómo me prepara cada noche para un nuevo día?
Todo es circular, llegaremos al final de este 2011, con 365 días más de vida, de experiencia, de sueños perdidos en la almohada, de besos no dados, de abrazos y brazos, de pasos temblorosos, de rondar las horas cada día… (de soñarte alguna noche).
Mi saldo es: cinco despedidas, tres silencios, cuatro encuentros inesperados, el renacimiento de una fuerza que sentía perdida, dos ciudades, una tribu nueva, así que…. venga 2011…. aviéntame todos los días de frente, que estoy dispuesta, estoy lista, estoy… o algo muy parecido…
JD

4 comentarios:

Reneé dijo...

lo más increíble de todo es la creatividad con la que una empieza cada año, se reconoce, y cada año es una promesa, una hoja en blanco, como dices 12 meses nuevecitos, listos para que escribamos nuestras historias día a día....

Jerus dijo...

El calendario era un recordatorio de cuándo sembrar, cosechar o salir corriendo. Hoy en día sólo nos queda su odiosa circularidad, precisamente cíclica. Celebro TU nuevo año, que no empezó el día primero a las 00 horas. Felicidades amiga.

JD dijo...

Probar ¿que?

JD dijo...

Reneé: Escribamos, llenemos los dias, esa es la consigna...
Jerus: Gracias, yo también lo celebro, cuando la circularidad me lo permite o personas como tu me hacen recordarlo..