Hace algunos años escribí para Liliana una serie de diez relatos cortos, en uno de ellos le hablaba de la magia del teatro, no recuerdo exactamente el texto, lo que sí recuerdo es que le decía que los espectadores nos escapamos del mundo real en cuanto inicia la función. El teatro siempre me ha gustado, lo disfruto en casi todos sus colores, pero hace días tuve la oportunidad de participar en un taller de ESCENOTECNIA, esceno¿qué? Si. Yo pensé lo mismo, sin embargo poco a poco fui entendiendo todo lo que este arte-técnica involucra, como casi siempre me quedé con ganas de más. La iluminación, la ubicación de bocinas, el manejo de la tramoya, de las telas, los reflectores de todo eso que viste y embiste al artista, que lo complementa, que lo comunica y lo sitúa dentro de su obra. Maravilloso. Además de que el curso lo tomé en un hermoso teatro isabelino (ahora sé las diferencias arquitectónicas de los teatros) y pude conocer como conectan los equipos, como son los focotes esos por dentro y como hacen que se prendan, se paguen, den vueltas y cambien de tamaño, jajajjaa. Por supuesto que ayer que fui a ver una obra de teatro todo me fue diferente, ahora tengo un ojo mas educado, jajajjaa… ¡Viva el teatro!
JD
JD
2 comentarios:
sí Jus
viva el teatro!!
y el cine
y el circo
la carpa
los mimos
y toda manifestación
del ser
..y la palabra
un beso hasta allá
Creo que diste en algo clave: LA MANIFESTACIÓN.
Eso es lo importante, dejar salir eso que nos revolotea...
Un café?
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