Antes sabía preparar café, atarme los cordones de los zapatos y algunas otras cosas útiles como usar el ordenador, desencantar sapos y convertirlos en príncipes. Pero entonces apareciste o regresaste, no lo sé. Y ahora no puedo pensar en nada, nada que no seas tú o nada que no me lleve a recorrer tus cejas, tus labios, los dedos de tus pies. Hoy sólo mato mis neuronas para saber si existes más allá de mis manos.
JD
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