Cincuenta dias, cincuenta textos.
Le dije al iniciar el ejercicio que serian cincuenta oportunidades de contarle algo de mi o de no contarle. Hoy mientras hago la revisión de los textos me doy cuenta de que en realidad lo que envie en letras fueron cincuenta Justines en forma de palabras.
Día a día me fui descubriendo un velo, quitandome una escama, sumándome una pluma.
"Escribir es un oficio", asi que ESCRIBE -me dijo muy serio- y yo obededí (si como inmaculada).
Escribí tranquila, cansada, eufórica, desvelada, enamorada, enojada, abandonada, amada, sola y acompañada, escribí, escribí, escribí.
No sé aún si logré cubrir las expectativas, pero descubrí que escribo por una imperante necesidad de decirme cosas, ya no me interesa ser leida, no escribo para ello, escribo para entenderme, para encontrarme y para seguirte buscando.
JD