Me quedan algunos días para cumplir un año más.
Me quedan espacios por llenar en estas paredes que empiezo a conocer.
Me quedan calles, cafés y bares por visitar en esta urbe.
Me quedo yo.
Cumplo años. El último veintitantos.
He recorrido varias ciudades, he visitado otros países, me he subido al metro, a una bicicleta, a un barco y una piel. He comido grillos, bebido tepache y he ordenado una pizza porque no tengo ganas de salir. He llorado sola y colectivamente. Me he esfumado de la oficina para verte, recorrido distancias para escucharte y me has despertado al teléfono sólo para decirme entre sollozos que la vida te va mal. Te he despertado con un beso, sonreído al verte aparecer y he tomado tu mano en el cine. Tengo en mi bodega al menos cinco amigos que correrían a mi auxilio si tuviese alguna crisis, sea ésta importante o no, varias buenas historias para contarle a quien quiera escucharlas y más de tres secretos de los que ni yo me acuerdo.
He bailado en la calle, leído mas de diez libros y puedo disfrutar de una buena ópera y un buen vino. Hoy puedo decir cual es mi tipo de música favorita, renunciar a ganar en una discusión, cargar a un bebe con seguridad y abrazar a un amigo en silencio mientras llora por amor. Aprendí a decir: no quiero, no me gusta y no puedo.
He visto un amanecer, un atardecer y la noche llena de estrellas sentada a la orilla del mar.
Asi que hoy, que me quedan unos días para cumplir años, sólo puedo pensar en todas las cosas que aún me faltan por hacer, por vivir, por sentir.
Sigo en el camino de la vida y eso… siempre es bueno.
JD